miércoles, diciembre 12, 2012

La sociedad es enferma e hipócrita y se enorgullece cada día de serlo actuando acorde. Pero también quejándose cada mismo día de los demás enfermos e hipócritas con los que se desconoce como par...

Consumimos la belleza física desde lo pornográfico, deseando el mejor culo que está para darle, las tetas gigantes que todos miran, la boca carnosa que calienta hasta cerrada y le decimos gorda de mier
da porque se hace la linda aunque nadie la toca ni con un palo, pero nos preocupamos mucho cuando la hija de la vecina está cada vez más flaca y vomita todo lo que come; pero a la cuñada le decimos lo linda que está después del embarazo porque la vemos flaca, y ella sonríe orgullosa diciendo que igual ni bien deje de amamantar se hace las lolas porque no quiere que el marido la deje por una de 20 con todo más firme.
Y nos reímos criticando a Tinelli donde un par de gatos que antes eran modelos o actrices o madres y esposas de periodistas deportivos, bailan en el caño para ayudar a los chicos con cancer, que las miran por la tele con toda la familia y el hermano adolescente después se toca en el baño pensando en ellas y mirando las publicidades de la revista Cosmopolitan de mamá, que si lo ve haciendo "esa chanchada" le da flor de paliza y le avisa al padre, quien le dice que va a hablar con él, pero en realidad no ve la hora de que venga con una novia y la ponga, sino hay que llevarlo a debutar al putero ese donde fueron en la despedida de solteros del compañero de trabajo, donde había una trola que era igual a la secretaria del jefe, que se viste con esa ropa ajustada que se le nota todo y seguro llegó hasta ahí por chupar más de una, porque una chinita del medio del campo no puede haber tenido más opción que limpiar casas en su barrio donde seguro el patrón le tocaba ese culo que los vuelve locos a todos en la oficina, o venirse a la capital para laburar en serio. Aunque muy lejos no va a poder llegar si mete otra denuncia de acoso sexual como la que le hizo al que echaron la semana pasada, que todos sabían que era zarpado con las minas , pero era un tipo macanudo y un empleado impecable; además les hacía precio con los celulares choreados que traía de la aduana el primo. Si hasta el vice le compró uno para regalarle a la hija que no paraba de pedirle el ultimo modelo para fanfarronearle en la escuela a una pendeja de 4to. que todos le dicen la frígida, porque usa el uniforme hasta las rodillas...

Una sociedad enferma e hipócrita. Hombres y mujeres. Porque nos asombramos de la perversidad sólo al ver la bola de nieve enorme que aplasta, pero no nos sentimos responsables de los copos que aportamos día a día.

Sin clientes no hay trata.
Sin hipócritas no hay negocio.

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